El diario digital elalmeria.es publica la siguiente noticia:
Un programa especial de convivencia con caballos mejora la percepción del mundo exterior para los discapacitados visuales · Los monitores especializados estudian cada caso y los ayudan a socializarse.
«En mi vida he tenido muchas cosas, he ido a muchos lugares pero nunca he superado mis miedos». Mar se decide a escribir a los organizadores del curso de hipoterapia. Luisa Ruiz, animadora sociocultural de la ONCE Almería, lee el texto emocionada. Son muchos recuerdos los que vienen a la mente. Y a ella le gusta guardarlos poco a poco en los cajones de la memoria.
Un discapacitado visual, independientemente del grado de déficit, suele tener muchos miedos. En su mayor parte, son provocados por el desconocimiento. El no saber es un profundo abismo que se abre despacio. Se trata de construir puentes. En esta ocasión, tienen unos aliados muy especiales. Cuadrúpedos, enormes. Con grandes ojos de almendra. «Los caballos llaman mucho la atención y despiertan curiosidad». Debido a ello, muchos de los interesados, los más avezados, solicitaron una clase en la que interactuar directamente con ellos. «Una de nuestras usuarias, María del Mar, nos dijo que por qué no hacíamos algo así. Nos pareció una excelente idea y nos pusimos manos a la obra».
Dentro de los Servicios Sociales de la ONCE Almería comenzó a moverse algo. Las intenciones de hacer una actividad diferente. «Las áreas de psicología y dinamización social se cogieron la mano para dar luz a este proyecto». Cuentan con el apoyo incondicional de la Escuela Indaliana de Arte Ecuestre, situada en el municipio de Pechina, donde trabaja Diego García, coordinador y uno de los más implicados en esta actuación.
Dentro de un variado programa de cuatro sesiones, en las que el fin primero es sacar de las aulas a la naturaleza a los cinco alumnos, entran en escena caballos, burros o ponis. «Es pionero en adultos, se había hecho antes, pero con jóvenes». «Los animales son muy dóciles», afirma Ruiz, «ya están muy acostumbrados a la realización de pruebas. Primero empiezan acariciándoles, luego se atreven a subirse, pero todo muy despacio. Finalmente han avanzado tanto que pueden ir solos en el caballo». Las ganas de innovar son constantes. Dentro del camino que hacen al andar, están esperando averiguar la mejor manera de complementar esta actuación, poniendo en marcha algunas señales acústicas. «Los animales son muy cariñosos, notan que el trato es especial», dice la animadora que no duda en marcar nuevos retos. «Todo lo que hacemos se traduce en sensaciones gratificantes para ellos».
Que sorpresa encontrarme esta noticia por aquí, ni sabia de su existencia, y eso que me nombran… ¡Aunque no es para tanto!
Os animo a conocer nuestro nuevo proyecto, en la web http://terapiasecuestres.wordpress.com/
Quedo a su disposición
Diego García